Al son de: "Por fin llega el buen tiempo, las flores se rinden al sol...." nos fuimos a disfrutar de una noche especial, una noche mágica, la noche de San Juan.
Cuatro bocadillos de atún con tomate, una bolsa de patatas y muchas ganas de pedir deseos. Y es que nadie creemos en esto, nadie cree que quemando un trozo de papel, que saltando después la hoguera, y que haciendo cuatro tonterias mas se nos vaya a cumplir... pero lo hacemos. ¿Por qué? Porque si, porque tenemos ilusión y porque es una noche diferente.
La playa estaba llena, gente de todas las edades. Familias asando sardinas, círculos de jóvenes con sus guitarras al mas puro estilo hippie (ya no se si tanto por la guitarra, o por la olor a cierta hierba quemada que desprendían...), chicos entrando al agua vestidos y corriendo, otros sin vestir, mas jóvenes con sus botellas.... y fuego, mucho fuego.
Es impresionante mirar toda la orilla, y ver cientos de hogueras, y toda la gente alrededor de ellas poniendo ilusión. En cada salto, en cada deseo quemado, en cada risa.
Por un momento, olvidamos la crisis, el trabajo, el madrugar, el futbol, la política, la hipoteca y todo lo que nos ocupa todas las noches de nuestra vida.
Quizá, visto de una manera mas objetiva, sea otra tradición tonta mas, pero yo solo se que San Juan nos hizo ilusionarnos, reír, soñar y olvidar que solo era una noche de martes... porque San Juan lo puede, es una noche mágica.
PD: No, la foto no es mia... mi cámara no se lleva bien con Santa Pola, y las fotos salieron muuuuy mal, así que he robado esta del eficaz google.
Que se cumplan todos vuestros deseos...